sábado, 5 de mayo de 2012

Tribulaciones



TRIBULACIONES






Sacrificio

He yugulado al fantasma que camina por mi memoria
Un ángel dejó su puñal en mi almohada,
Heme aquí ante una multitud de estrellas cansadas
Degollando los toros extraviados de mis deseos

Y, en cuanto al perro destino
Ya no me incomoda porque
El golpe nace primero que la cicatriz


A veces en el balcón
Pienso en la mujer que hace años
Dijo que ni que un hombre se saque el corazón
Y se lo ponga en la copa de vino
Será considerado como tal
Hasta que no aprenda lo atractivo que es el desprecio para ellas 


Recuerdo

 ¿Y que es un recuerdo? Sino un frasco caído en los desiertos de la memoria.
Un holgazán aroma que nos hace muecas y se ríe sin piedad.

 Sentado en los sillones de una noche espectral
En lo alto un avión me guiña sus ojos
Y abajo los cráneos saturados de plañir en un lodo etílico
Recuerdan que es inhumano llagarse con plomo fundido en la frente

 Nadie sobre la tierra escapa de tal maldición
Porque eso de reminiscencias son visitas fantasmales
Que quieren asustarnos cuando se acaba la pila del reloj

 Al final de todo… es mejor que los maestros  de las cuerdas
Se encarguen de fastidiar a las momias
Que clavaron un día una diana en la carne

El recuerdo es la infección de la memoria
Que la misma historia recoge como lepra
Para que las fiestas hiedan a pasado

Plegaria

Que se incinere la bóveda celeste
Y se apaguen los bastardos medios
Para que el arte renazca con otros creadores
Y por fin escriban la última página


Patria

Fracasada en la renuncia
Por eso libre y loca de andares,
Mujer paradójica te separas por amor
Y te inmolas por piedad.
Tus caderas son el orgullo
Del terrorismo tan holgado
Que sentó y seguirá sentando al trono
Mujeres bellas para el mundo admirar


Hombre de puño tenebroso
Capaz de recoger frutas verdes
En jardines negros por la codicia,
Ávidos de poder
Enfermos de impiedad
Mullidos de placer
Cual epicúreos tormentos

¡Bolivarianos y qué!

Soy el Bolivariano que tiene a Marx
Como el perro de los mendigos,
Taita de los parias

Aunque la iglesia no esté bien con el gobierno
Cristo se coge a la muerte
Por esos vientres tibios  hastiados de gemir

 Eres la mujer desnuda en medio de una balacera
Eres el verbo con la estampa del che
Haciendo orgias en el norte
Un beso que apaciguas el punto y la coma del reproche


Vidrios Rotos

El que cae de rodillas por una causa cual ramera
Está confesionado con el buril de la perfidia.
Cuando derriban los muros
Se inventan otro vicio
Echando mal de ojo a lo que antaño fueron

Pobres los niños que se embelesan con el ruído de nuevas banderas


Contemplación

Cuando agote la contemplación
Será el día que se encuentren las miradas
Aunque ella misma haya suplantado la soledad



El  Suicida


 Fui feliz en el teatro, mientras la musa espectral truncaba  notas de un viejo compositor. Una hembra de cabellera bermeja y alborotada, de cuclillas posó en la baranda del salón. Me entró un apetito feroz de cogerla por sus brazos y zumbarnos al vacío.  Ya no me agrada ese pensar, pero que se le hace cuando estamos compuestos de nervios condenados al tiempo. Tarde o temprano la arena se le acaba al reloj. El tic tac de mi tiempo perdió su arenal.



Catarsis

 Blanca chica de larga cabellera
Cuyos ojos azules su finura
De alcurnia deja ver.
Al momento que cambiábamos palabras
Tus sienes se clavaron en la bragueta
De mi alisado pantalón,
Te diste cuenta que me di cuenta
Y en ese instante se te cayó
La aureola sedienta y llorona
Que tus medianas enseñanzas te ayudaron a esconder.

Después de todo…para qué tanta cursilería si la fisonomía es la que manda





Impresión
La música de las iglesias
Se asemeja a un saco de tripas
Queriendo volver a su cuerpo



A benedetti

 Mario, en medio del jardín, pasaron magnolias sedientas, y no pude atrapar una sola: ¿Cómo no caer de rodillas ante la mitad de un sol desesperanzado cuando la sombra propia desgarra el labio en medio de una brutal soledad?

  No puedo apostar al lirismo llorón caminando en una selva de angustias y de trampas. Me divorcié repetidamente de esperanza.



Falacias

!Hay si estos balcones dejaran de contemplarme!
Quedarían desnudas las vergüenzas que el tumulto esconde
En esos papelitos certificados...ilusos

¿Qué hacer con tantas muchachas bellas?
Cuando no hay anaquel que retenga fulgurante su orgullo
Entonces, se descomponen cual conteiner, y te dicen:
"No me escribas más que volví con mi ex"

¿Verdad que el deseo solo nos enseña a mentir y temblar? Sinvergüenzas 



Destellos de mi Inocencia

No tengo dudas de que la música la inventaron los nostálgicos del paraíso, luego de alguna jerga santoral. Que el amor haya convertido el cielo en una lapida fúnebre, no debe asustarnos; el vino nos acerca más a la creación que la absurda religión. Lo insensato en los santos, es que nos abandonan en el instante que nos ahogan las amarguras y los pesares.

¿Cuál sería la última nostalgia que pudiésemos sentir  en un lugar que solo nos desgarra? No cabe dudas, como diría un griego sensualista: - La nada y el vacío-. Dos vertientes enemistadas con el trillado absolutismo de los filósofos.
 Hemingway me enseñó que, en la vida debes matar a los peces grandes para llenarte de decisión. Pero, la modernidad nos responde que, es mejor coexistir en una incertidumbre sensata, que en un pedregal sitiado de idealismos tonificados por las botas de un mandón.

 La enfermedad es el origen de los santos, abandonamos el instinto cuando por insuficientes que somos, caemos de rodillas porque el siseo de nuestras lagrimas disemina el orgullo viril.

 Ya no importa el sentido de la vida, sino, el de cómo soportar el que cada cual le da.

 Dios inventó a los santos para estar lejos de nosotros. Los pobres ofendieron a dios cuando le dieron a conocer para uso y abuso de enfermos y desesperados.  ¿Por qué dios tiene que ser la costra bufa en la deserción del cuerpo?  La civilización hizo de dios una comedia lúgubre de reiterados errores. La conciencia moderna es solo una enmienda cuyo luto se reviste en dios. Cuan reconfortante sería ver una riña sangrienta entre ángeles y santos  para recoger los puñales posteriormente de la contienda, y  erigir un nuevo santuario: suplantar la cruz, el clavo y la espina.



 Nacidos para el Olvido

Qué tristeza  es tener del universo una visión compuesta de barro y aguardiente




vautrin/